Chester en Gibraltar

Estaba expectante por ver el programa Viajando con Chester, de Risto Mejide, sobre el conflicto con Gibraltar. Principalmente porque la percepción de un problema varía en función de desde dónde lo mires y no es lo mismo convivir a diario con él que verlo desde la distancia. Me ha gustado el abanico de personajes que han pasado por su sillón partido. La pena ha sido la ausencia de Landaluce. El PP debería haber dado la cara y defender su política si tan clara la tiene. Pese a ello, el programa ha dejado jugosas aportaciones. 

Tras la introducción del periodista Carrascal sobre el Tratado de Utrecht, ha llegado el turno de Gemma Araujo. La alcaldesa linense ha recordado las nefastas consecuencias que tuvo para su municipio el cierre de la Verja, perdiendo la mitad de su población. Ahora, su ciudad soporta una tasa de paro del 40% pese a que colinda con la cuarta renta per cápita del mundo. La regidora socialista ha insistido en que el conflicto de este verano fue una "cortina de humo" del PP para desviar la atención sobre el caso Bárcenas. Araujo ha sostenido que hay mucha "hipocresía" en torno al tema del contrabando o del bunkering, al recalcar que son Altadis y Cepsa los que venden el tabaco y el petróleo a Gibraltar. La alcaldesa del PSOE no se ha escondido y ha reconocido que no le interesa que Gibraltar sea español, que le da igual que la tachen de antipatriota y que le gustaría que la selección yanita de fútbol jugara en el Estadio Municipal en vez de tener que viajar a El Faro, en Portugal.

Nuria Gómez nos ha relatado el "trato vejatorio" que sufren los trabajadores españoles que cada día tienen que padecer las colas en la frontera, mientras que Juan Morente nos ha recordado el calvario que sufren los pescadores linenses desde que Picardo arrojó los bloques de hormigón sobre el caladero de marisco. Ninguno de ellos piensa en un Gibraltar español, quieren que se solucionen los problemas del día a día. 

  

Los sillones de Chester dejan La Línea y se posan al otro lado de la bahía, en Algeciras. Allí se ha sentado el guardia civil Alberto Moya, de la AUGC, que como siempre se ha mostrado valiente y ha contado cosas difíciles de creer y digerir. Moya se ha vuelto a quejar de que el Gobierno sigue sin darles órdenes claras sobre cómo actuar en las aguas en litigio. Que se sienten "desprotegidos" ante la falta de protocolo de actuación y que, cuando se arrojaron los bloques al mar, la Guardia Civil estaba presente pero no recibió órdenes al respecto. Es decir, que el Gobierno español decidió no actuar. También ha indicado que la presión en la Verja aumenta cuando Gibraltar realiza una compra de tabaco importante a España. 

El periodista Luis Romero nos ha ilustrado sobre los trucos fiscales de Gibraltar y sus beneficios en España. A continuación era el turno de Landaluce, pero no ha comparecido. Mejide le ha dado para el pelo por la espantada y ha sentenciado: "Para mí ha sido un placer tu ausencia". No sé si la decisión ha sido del diputado y alcalde de Algeciras, o del PP, pero lo considero un error. Han quedado muy mal. 

El programa se ha calentado con la intervención de María Oliva, la patrona mayor de los pescadores algecireños. Ha tildado de "ladrón" a Picardo por quitarles las aguas y ha abogado por "bombardear" el Peñón. Ahí es nada. Oliva ha defendido que España tendría que sacar los bloques del agua y que, si ella tuviera los medios, "las piedras duraban en la bahía cinco minutos". 

Las entrevistas se han cerrado con Fabian Picardo. El ministro principal de Gibraltar ha aseverado que en el caladero de la polémica sólo faenaba un barco y que la zona no figura en la lista de caladeros de la Junta de Andalucía. Ha defendido la medida por su beneficio medioambiental. Algo difícil de tragarse cuando la Roca no para de hacer rellenos al mar. Picardo ha dicho que echa de menos a Zapatero y su talante dialogante. También sabemos ahora que prefiere España "para comer". Tonto no es. El ministro principal ha abogado por trabajar conjuntamente con La Línea para generar actividad económica en este municipio. En su despedida, ha dejado un mensaje de "amistad" hacia España y ha calificado al Peñón como "llave de prosperidad para toda la zona". 

Entre los deseos que han dejado cada protagonista me quedo con el de "condenados a entenderse". Mi opinión es que mis ojos no verán un Gibraltar español, por lo que deberíamos sacarle provecho como motor económico. Que Picardo debería dejarse de bravuconadas, y solucionar lo de las piedras; y el Gobierno español dejar de tensar la cuerda en la Verja. Que las partes se sienten a hablar. Que Chester les preste los sillones. A todos nos irá mejor.