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Mostrando entradas de 2023

Que vuelvan los ingleses

A finales del siglo XX, cuando empecé la carrera universitaria, me tenía que desplazar constantemente a Madrid. Entonces, los campogibraltareños, disponíamos de tres enlaces ferroviarios diarios con la capital. El más sacrificado, y barato, era el tren nocturno Estrella del Estrecho . Por entonces, uno era un jovenzuelo y aguantaba lo que le echaran. Cómo olvidar esos vagones para seis personas donde uno tenía que buscar hueco entre la maraña de piernas para poder estirarse y echar una cabezada. También podías viajar en los coches litera y, si te rascabas el bolsillo, tenías la opción del coche cama en plan vip.  Los otros dos enlaces eran los trenes Talgo Algeciras-Madrid . Uno salía a las 8 de la mañana y llegaba a Atocha a las dos de la tarde y, el segundo, salía a las tres de la tarde con final de trayecto a las nueve de la noche. Y el mismo horario, a la inversa, en los enlaces Madrid-Algeciras. Unas conexiones funcionales y cómodas que, inexplicablemente, hemos perdido. Casi tres

Ayer me acordé de ti

Ayer me acordé de ti. Como todos los días. Mientras le preparaba a Felipe una granada con azúcar moreno. Como nos la hacías tú.  Ayer me acordé de ti. Mientras descorchaba una botella de Condado de Haza. Como la que nos tomamos en la Cava Real cuando me viniste a ver a Madrid siendo universitario. Allí, sentado junto a ti, me enamoré del vino.  Ayer me acordé de ti. Mientras miraba a Felipe y me asustaba de lo mayor que se está haciendo. De lo rápido que pasa el tiempo.  Ayer me acordé de ti. Mientras tomaba conciencia de que nuestra familia ya nunca será la misma. Mientras contemplaba cómo se desmorona al faltar tú, el pilar que la sustentaba. Supongo que toca mirar hacia delante y reinventarse. Como todos los días, ayer me acordé de ti.