Recuerdo perfectamente el día que me hice del Real Madrid. Estaba correteando por mi casa y al entrar en el salón me topé con mi abuelo José que estaba viendo la televisión. Me invitó a sentarme junto a él a ver un partido de fútbol que estaban televisando. Era el encuentro de ida de la final de la Copa de la UEFA de 1986 entre el Real Madrid y el Colonia alemán. Los Hugo Sánchez, Butragueño, Santillana, Gordillo y Valdano ganaron 5-1 en el Bernabéu. Todavía no había cumplido los 9 años pero ese día me hice madridista hasta la muerte. No por la victoria ni el posterior título, sino por el momento que disfruté junto a mi abuelo. El Real Madrid se acababa de incorporar a una de esas cosas que nos uniría de por vida. He vivido muchas más alegrías que tristezas con mi equipo. Es lo que tiene ser seguidor, que no fanático, del mejor club de la historia. Sin embargo, desde hace tiempo, hay un aspecto del Real Madrid que me está dejando un mal sabor de boca y que se acrecienta según...
El blog de Rubén Montes