Sus palabras me revolvieron el estómago. "Ya sólo te crees tú que se vaya a derribar el parking Escalinata", me espetó el entonces mi jefe en el periódico en el que trabajaba. Tras años empapándome de sentencias judiciales y escudriñando papeles municipales, por primera vez un funcionario del Ayuntamiento de Algeciras citaba en un documento oficial la demolición del aparcamiento como la única salida a la polémica urbanística. Una auténtica bomba periodística. Pero no para mi director, más preocupado en no arriesgar el dinero público que venía del Consistorio. Corría el año 2013 y supongo que ese fue el día en el que tiré la toalla, sintiéndome como en la fábula del tigre cuando el burro intenta convencerle de que la hierba es azul y no verde.
Cuando empecé a escribir del aparcamiento Escalinata en el periódico ya hacía unos años, en 2004, que había sido declarado ilegal por el TSJA. Desde el principio me pareció un filón periodístico, ya que de una forma u otra todos los partidos políticos eran responsables por su mala gestión. En vez de poner pie en pared, los políticos se dedicaron a despejar balones, a mirar hacia otro lado cada nueva irregularidad y a ir en contra de los vecinos que denunciaron la ilegalidad del parking. Y ello, pese a que algunos de esos vecinos se quedaron sin casa porque durante las obras del parking se cargaron el edificio en el que vivían.
Un día un colega periodista me dijo: "Rubén sólo falta que cojas un pico y vayas al parking Escalinata a derribarlo". Recuerdo que lo miré con incredulidad. No le contesté. Tampoco merecía la pena. Yo simplemente informaba de la cascada de sentencias judiciales en contra del Ayuntamiento. A cada cual peor. Personalmente, nunca fui partidario de la demolición del parking. Ya que estaba hecho, que más daba. Una más de las miles de ilegalidades urbanísticas en este país. Pero la cagada de los políticos era de tal magnitud, y las sentencias tan devastadoras, que era la crónica de una muerte anunciada. Y como siempre, los políticos se marcharán sin asumir su responsabilidad y los ciudadanos pagaremos los platos rotos.
Ahora, 20 años después de que el parking Escalinata fuera declarado ilegal, leo la noticia de que continúan los trabajos de derribo. Y me animo a desempolvar este blog. Y me acuerdo de mi jefe. Y me acuerdo de que un día fui periodista y de que no lo echo de menos.
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