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De vergüenza

Era cuestión de tiempo que pasara, y al final ha ocurrido. Un niño de 6 años del colegio Los Alcornocales de Algeciras tropezó ayer al salir del centro tras recoger las notas y cayó sobre cristales rotos sufriendo cortes en las manos. Podría decirse que fue mala suerte, pero no. Es lo normal que pasa cuando la puerta de un colegio de primaria se convierte en un botellódromo ante la pasividad de las administraciones. Los cientos de alumnos que acuden cada mañana a Los Alcornocales tienen que hacerlo esquivando botellas vacías de alcohol, cristales rotos, latas de cerveza y tubos de plástico. Y lo hacen porque cada noche se hace botellón en la escalerilla y el pasillo de la UNED, donde está la entrada del centro escolar, sin que nadie lo impida. Tan impunes se sienten, pese a la ilegalidad, que algunos de ellos han decorado el árbol que está justo en la puerta del colegio con latas vacías de cerveza Cruzcampo aprovechando las fiestas navideñas. Esto es lo que ve mi hijo cada día cuando lo llevo al colegio y es una auténtica vergüenza. 




Estoy encantando con el colegio Los Alcornocales, con el profesorado y con la comunidad, formada por familias trabajadoras. Pero los alrededores del centro, junto al centro cívico de La Reconquista, son tercermundistas. Muros que se caen a cachos llenos de pintadas, aceras levantadas con los mallazos de hierro salidos, arquetas rotas, basura de todo tipo y jardineras repletas de mierda de perros. Porque sí, al igual que otras tantas zonas de la ciudad, la entrada del colegio también hace las veces de cagódromo de canes gracias al incivismo de sus dueños. En este escenario es donde aguardamos los padres la salida de nuestros hijos y donde éstos corretean diariamente jugándose el tipo.




Tal es el abandono de la zona que hace unos meses alguien dejó un sofá en la calle lateral del colegio, a la espalda de la discoteca colindante; llegó el fin de semana, le prendieron fuego, y todavía están allí los restos calcinados sin que nadie haya pasado a retirarlos. Una dejación total por parte del Ayuntamiento de Algeciras, pese a las críticas del AMPA o las denuncias publicadas por el medio de comunicación Algeciras Noticias. Ya que estamos en Navidad, tendremos que pedirle a los Reyes Magos que por favor hagan que la Policía erradique el botellón de la puerta del colegio, que Algesa limpie el acceso al centro antes de que los niños entren a clase y que el Consistorio adecente un poco la zona.   

Comentarios

  1. Gracias, Rubén. No te puedes ni imaginar hasta qué punto coincido contigo en cada una de las palabras que acabo de leer en tu acertadísimo artículo. Llevo trabajando en este estupendo centro casi tres años y mi sensación de repulsa, asco e indignación, cuando cada mañana atravieso la zona que mencionas para entrar al recinto escolar, no hacen más que aumentar. ¡Basta ya! Saludos.

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  2. Siento mucho lo de tu hijo y me adhiero completamente a tu excelente artículo, Rubén. Es lamentable tener que pasar por un azota cargada de "minas" con los peques. Y por las tardes aún es peor, con ese desangelado y apocalíptico paraje donde paradójicamente reside un centro escolar. Tétrico. Con un ambiente de restos, suciedad, abandono y yonkis por doquier. En definitiva Rubén, no puedo precisar más de lo que ya lo has hecho tú, y me uno, como muchos/as, a clamar en este desierto de Administraciones incapaces en el que nos hallamos.

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  3. Encantado de aportar mi granito de arena para que se pueda solucionar este problema

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