Ya llegó la Navidad. Tiempo de encuentro para estar con los seres queridos. Para echar la vista atrás y comprobar lo que nos ha dejado 2014. Para mirar hacia delante e imaginar con ilusión lo que nos deparará el año nuevo. Época de hacer balance y de hacerse el cuerpo ante el 2015 electoral que se nos avecina. Los Reyes Magos van a venir cargados de promesas. Uno ya no se cree nada pero habrá que escuchar con atención. Los de siempre le han visto este año las orejas al lobo, que viene con coleta. Todo está cambiando, esperemos que sea para bien.
Yo al año nuevo le pido empleo para la comarca. Para que dejemos de estar a la cola y las miles de familias que están desesperadas levanten la cabeza. Pido que el Campo de Gibraltar empiece a explotar de verdad su enorme potencial y aproveche todas sus peculiaridades. Que dejemos de ser el culo del mundo y las administraciones inviertan en nuestro territorio. Que los políticos tengan altura de miras, dejen de plegarse a los intereses de sus partidos y velen por los ciudadanos a los que representan. Verán que mis deseos son típicos, casi como pedir la paz en el mundo, por eso sorprende más que estemos tan alejados de ellos.
Muchos me reprochan que sólo critico. Que sólo veo lo negativo. Yo amo a mi tierra. Por eso me duele ver cómo la maltratan. Decidí realizarme aquí, junto a los míos. Por ello ansío que sea una comarca de oportunidades y no haya que coger las maletas para llevarse un trozo de pan a la boca. Los que mandan ya tienen demasiados palmeros, que con sus reverencias les nublan la vista. Que no nos vendan que la economía ya está mejorando. En la calle todavía no se nota. Las cifras del paro siguen siendo vergonzantes y los que tienen un empleo han perdido, con la crisis, demasiados derechos sociales. Trabajo, sí. Y digno, también. Qué menos.
2014 está siendo un año de cambios. Tenemos hasta nuevo Rey. Ha cambiado la percepción de los ciudadanos hacia los que nos gobiernan. La crisis ha despertado a una sociedad dormida, que ahora exige. Que se hace oír en la calle y en las urnas. Los partidos políticos tienen que cambiar, y ya, o desaparecerán. Los corruptos empiezan a caer como moscas, pero algunos siguen amparándose en los privilegios que le otorga el sistema para eludir su responsabilidad. La Justicia debe ser independiente, inmune a los tentáculos políticos. Hay que dotarla de más medios. Y debe ser igual para todos, incluso para los que tienen la sangre de otro color.
El año que viene se antoja clave. Algo se está moviendo. Algunos oportunistas quieren monopolizar esta nueva energía. Pero está dentro de cada uno de nosotros. Ya no somos sujetos pasivos. Queremos ser protagonistas de nuestro destino. Uno ve el telediario y da gracias por haber nacido aquí. Pero no hay que ser conformistas. Hay que progresar. Uno se enfrenta a un folio en blanco sin saber de qué escribir y, ya ven, se pone filosófico. Discúlpenme. Os deseo a todos una feliz Navidad.
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