Llega 2015. Año de elecciones. Los partidos mueven sus piezas en el tablero de ajedrez. La partida está más abierta que nunca. El PP está adoptando una estrategia ofensiva en la comarca y parece dispuesto a comerse a toda formación independiente que se mueva. Los populares primero fagocitaron a USR en San Roque y ahora hacen lo propio con ULT en Tarifa. Sólo el PIVG parece librarse de esta vorágine y mantendrá sus siglas en las municipales. La ideología, los proyectos y los compromisos quedan en un segundo plano cuando uno ve tan próximas las urnas.
ULT se presentó a las elecciones de 2011 como la alternativa política al PP de Juan Andrés Gil. El partido de Carlos Núñez logró un meritorio resultado en los comicios, aunque quizá no tan abultado como se esperaba. ULT empezó con fuerza en la oposición, pero no tardó mucho en diluirse y en sucumbir a los cantos de sirena. Gil es el mejor ejemplo de que en la política local la ideología puede ser papel mojado. El hombre récord de las siglas se ha manejado por igual en todo el espectro político. Por ello no es de extrañar que el alcalde de Tarifa lograra sumar a ULT a su equipo de gobierno y, una vez dentro, enterrar esta aventura de proyecto político. Un partido localista que encandila a una parte del electorado para luego jugar a su antojo con la confianza que le depositaron los ciudadanos. Cabe preguntarse si ULT nació para defender los intereses de Tarifa desde un nuevo proyecto político o, simplemente, para tocar poder a toda costa haciendo válido cualquier atajo.
Cuatro años en la oposición se hacen demasiado largos para los partidos, sobre todo si son independientes o localistas y no tienen detrás la estructura de los grandes. En teoría no debería ser así, ya que se presupone que uno se mete en política para defender los intereses de los ciudadanos y no con vistas a lograr un cargo como sea.
Gil y Núñez. Foto: andaluciainformacion.es |
USR, desde que nació, ha sido protagonista en la política sanroqueña. Ha tenido una base electoral sólida, lo que le ha permitido ser la llave de muchos gobiernos. Más si cabe en un municipio como San Roque, con resultados tan ajustados y tan dado a mociones de censura y cambios de sillones. En 2011, sin embargo, el escrutinio quiso que no fuera la única llave que abría el gobierno; y PSOE, PIVG y PA se entendieron sin él. Pese a ello, USR seguía asentada como la tercera fuerza. La oposición, sin embargo, parece que no le ha sentado bien y también ha acabado fagocitado por el PP. Una integración de cara a 2015 que todavía no llego a comprender. Primero, por la incapacidad de los populares para presentar un candidato propio y dar las riendas del partido a Marina García, una foránea proveniente del partido independiente. Y segundo, por la docilidad con la que José Antonio Ledesma, padre de USR, va a dejar morir a la criatura que él gestó dejando huérfanos a sus votantes. Me extraña que Ledesma, uno de los mayores animales políticos que he conocido, se retire así de la arena del circo. No sé si habrá letra pequeña en el pacto firmado. El tiempo lo dirá.
Lo que tengo claro es que el panorama político con el que vamos a llegar a 2015 no tiene precedentes. Que de poco sirven las cuentas sobre el papel y la extrapolación de datos anteriores realizadas en estos pactos precocinados. Que ninguna encuesta a nivel local es fiable, más si cabe cuando miles de personas dicen que van a votar a un partido que todavía no se sabe si se presenta. Que los ciudadanos tienen ganas de hacerse oír y que serán ellos los que dictaminen en mayo en las urnas.
Comentarios
Publicar un comentario