Ir al contenido principal

Un paso adelante

Todo sigue igual en los alrededores del colegio Los Alcornocales de Algeciras. Los desaprensivos siguen haciendo botellón en la entrada de este centro educativo de primaria dejando el entorno lleno de botellas vacías de alcohol, basura y cristales rotos; y sin importarles que por allí transiten a diario cientos de niños. De poco sirven las quejas de los padres, del AMPA y del colegio. Al Ayuntamiento le entra por un oído y le sale por otro.   

Esta mañana, cuando he llevado a mi hijo de seis años al colegio, me he vuelto a topar con otro resto de botellón. Esta vez una botella de vodka rota y una bolsa con litronas de cerveza vacías. Horas después, a la salida de clase, seguían ahí. Pese a la insistencia de las denuncias, ni siquiera se limpia a diario. Muestra de la dejación e incompetencia de este Consistorio, que ni siquiera manda cada mañana a un barrendero a mitigar el problema. Y si el equipo de gobierno no es capaz de esto, no vale ni para estar escondido. 

Imagen de la botella de vodka rota y de la bolsa con las litronas.
Los padres están hartos y han decidido dar un paso adelante para lograr que se erradique el botellón, se incremente la limpieza ante la presencia masiva de excrementos de perros y se adecente la zona, junto al centro cívico de La Reconquista, que está totalmente abandonada. Como primera acción, están firmando un escrito con sus demandas para presentarlo ante el Ayuntamiento. Una iniciativa a la que también se van a sumar los padres y madres del colegio infantil El Faro, que está adscrito a Los Alcornocales. 

Si el Ayuntamiento sigue mirando hacia otro lado, sólo hay dos opciones: dar otro paso adelante e incrementar las medidas de presión, o adecentar los propios padres el entorno. Una decisión que ya han tomado unos padres en La Línea, que van a pintar las aulas de sus hijos ante la ineficacia de ese Ayuntamiento. Pero, si ese es el camino, ¿para qué sirve el Consistorio? ¿para qué pagamos impuestos?

Comentarios

Entradas populares de este blog

Soy fuertecito

"No estoy gordo. Soy fuertecito". Esta célebre frase de Eric Cartman, uno de los personajes de la serie South Park, la hago mía en este arranque de 2018 en el que me he puesto a dieta tal y como prometí. Ya ayer domingo empecé con la adaptación tras los excesos navideños a base de piña, ensalada y un sándwich mixto. Y hoy, para calibrar el reto que me espera, me he ido a la primera farmacia que he visto y me he subido a la báscula. Y para sorpresa mía me he llevado la primera alegría del año ya que, según la medición que me ha soltado el aparato, no tengo sobrepeso sino que estoy "normal" (qué peligro tiene este término). Mi peso es de 78,050 kilogramos y mido 1,75 metros, lo que arroja un 25 de Índice de Masa Corporal (IMC), dentro de la escala considerada "normal" según esta báscula. Al límite del sobrepeso pero "normal"; es decir, que no estoy gordo sino "fuertecito" como Cartman. Malas lenguas las de mis amigos y familiares qu...

'The Wire'

Hace unos ocho años descubrí la serie televisiva 'The Wire' ('Bajo Escucha'). Vi la primera temporada y quedé fascinado con el enfoque realista del mundo del narcotráfico contado tanto desde el lado de la Policía como el de las mafias. Ambientada en Baltimore (Estados Unidos), la serie te sumerge en barrios marginales dominados por el negocio de las drogas, en la falta de medios de los agentes para combatirlo, en los tejemanejes de los políticos corruptos y en los laberintos del sistema judicial.   Un día me topé en una tienda con la serie completa en DVD y la compré pensando que no había mejor regalo para mi mujer, que también se había enganchado a 'The Wire'. Pero al poco nació nuestro hijo y la caja inmaculada con las cinco temporadas se quedó olvidada en uno de los estantes del despacho. Y allí se quedó hasta que hace unas semanas, harto de hacer zapping sin nada que ver en la televisión, me decidí a desembalar 'The Wire' para acabar esa histo...

Ya sólo te lo crees tú

Sus palabras me revolvieron el estómago. "Ya sólo te crees tú que se vaya a derribar el parking Escalinata", me espetó el entonces mi jefe en el periódico en el que trabajaba. Tras años empapándome de sentencias judiciales y escudriñando papeles municipales, por primera vez un funcionario del Ayuntamiento de Algeciras citaba en un documento oficial la demolición del aparcamiento como la única salida a la polémica urbanística. Una auténtica bomba periodística. Pero no para mi director, más preocupado en no arriesgar el dinero público que venía del Consistorio. Corría el año 2013 y supongo que ese fue el día en el que tiré la toalla, sintiéndome como en la fábula del tigre cuando el burro intenta convencerle de que la hierba es azul y no verde.             Cuando empecé a escribir del aparcamiento Escalinata en el periódico ya hacía unos años, en 2004, que había sido declarado ilegal por el TSJA. Desde el principio me pareció un filón periodístico, ya que de ...