Sus palabras me revolvieron el estómago. "Ya sólo te crees tú que se vaya a derribar el parking Escalinata", me espetó el entonces mi jefe en el periódico en el que trabajaba. Tras años empapándome de sentencias judiciales y escudriñando papeles municipales, por primera vez un funcionario del Ayuntamiento de Algeciras citaba en un documento oficial la demolición del aparcamiento como la única salida a la polémica urbanística. Una auténtica bomba periodística. Pero no para mi director, más preocupado en no arriesgar el dinero público que venía del Consistorio. Corría el año 2013 y supongo que ese fue el día en el que tiré la toalla, sintiéndome como en la fábula del tigre cuando el burro intenta convencerle de que la hierba es azul y no verde. Cuando empecé a escribir del aparcamiento Escalinata en el periódico ya hacía unos años, en 2004, que había sido declarado ilegal por el TSJA. Desde el principio me pareció un filón periodístico, ya que de ...
A finales del siglo XX, cuando empecé la carrera universitaria, me tenía que desplazar constantemente a Madrid. Entonces, los campogibraltareños, disponíamos de tres enlaces ferroviarios diarios con la capital. El más sacrificado, y barato, era el tren nocturno Estrella del Estrecho . Por entonces, uno era un jovenzuelo y aguantaba lo que le echaran. Cómo olvidar esos vagones para seis personas donde uno tenía que buscar hueco entre la maraña de piernas para poder estirarse y echar una cabezada. También podías viajar en los coches litera y, si te rascabas el bolsillo, tenías la opción del coche cama en plan vip. Los otros dos enlaces eran los trenes Talgo Algeciras-Madrid . Uno salía a las 8 de la mañana y llegaba a Atocha a las dos de la tarde y, el segundo, salía a las tres de la tarde con final de trayecto a las nueve de la noche. Y el mismo horario, a la inversa, en los enlaces Madrid-Algeciras. Unas conexiones funcionales y cómodas que, inexplicablemente, hemos perdido. ...