Los que siguen La buhardilla saben que me he mostrado contrario a la política del Gobierno español respecto a Gibraltar. Miles de personas sufren la presión de los controles en la Verja, mientras no se avanza en un diálogo que redunde en un beneficio mutuo. Pero como todo en esta vida, nada es blanco o negro. Todos son matices de grises y, aunque no comparto la estrategia del PP, la puedo llegar a entender. Hay que echar la vista atrás para ver cómo se desató la actual crisis. Retornar al día en que el ministro principal de Gibraltar, Fabian Picardo, decidió arrojar los bloques de hormigón a la bahía. Picardo echó un órdago para centrar la atención sobre las aguas territoriales. Supongo que intuye que una futura resolución internacional le puede dar la razón. Entiendo por ello que tampoco le ha cogido por sorpresa la reacción española a través de las colas. Ahora, la actual disputa nos perjudica a todos. También dentro del Peñón, donde los negocios yanitos se están resintiendo. ¿Ha v...
El blog de Rubén Montes