Este lunes he tenido ocasión de acudir como invitado a la conferencia del ex ministro de Exteriores Miguel Ángel Moratinos en San Roque. La comparecencia venía cargada de polémica ya que el socialista iba a ser presentado por el ministro principal de Gibraltar, Fabian Picardo; lo que había generado en la previa un tenso debate en los medios. Para mí la mejor de las noticias fue la menos noticiosa a nivel periodístico, es decir, que no pasó nada extraño. La conferencia se desarrolló con total normalidad, perfectamente organizada, Moratinos pudo disertar, Picardo enfrentar su opinión, y campogibraltareños y gibraltareños sentarnos juntos y escucharlos tranquilamente.
Moratinos ofreció una conferencia más que interesante. Es lo que les pasa a los políticos cuando ya son ex, que se sueltan y hablan con la claridad que no pueden cuando ostentan los cargos. El exministro defendió el Foro de Diálogo con el Reino Unido y Gibraltar impulsado por el Gobierno de Zapatero y, al mismo tiempo, rebatió las críticas que lo tachan de antipatriota por dicha gestión y por visitar Gibraltar siendo el titular de Exteriores. Y lo hizo repasando los diferentes acuerdos y hechos históricos que han marcado el contencioso en los últimos 300 años.
Para empezar, Moratinos recordó que en el Tratado de Utrecht España cedió Gibraltar a la Corona británica "para siempre", por lo que la soberanía del Peñón sólo se podrá recuperar cuando el Reino Unido quiera. También desveló que fue en la época franquista, coincidiendo con la entrada de España en las Naciones Unidas, cuando se iniciaron las negociaciones bilaterales y que en ellas ya se recoge por escrito que en la solución al conflicto habrá que contar con la opinión del pueblo gibraltareño. Un importante factor que, dijo, también viene recogido en el Proceso de Bruselas de la primera etapa socialista. Moratinos alabó el intento de cosoberanía, que casi llegó a buen puerto, pactado por el Gobierno de Aznar; y enfatizó que nunca se le ocurrió criticar a sus predecesores como ahora hace el PP contra él.
Moratinos dedicó la última parte de su disertación a defender el Foro de Diálogo, enterrado por el actual Gobierno español. Resaltó que en dicho Foro se dejó claro desde el primer momento que la cuestión de la soberanía se dejaba al margen y que ésta era un asunto bilateral entre España y el Reino Unido, y que así venía firmado y reconocido por el mismo Ejecutivo gibraltareño de Caruana. Asimismo, señaló que los deseos de autodeterminación de los gibraltareños recogidos en la Constitución de la Roca están condicionados; ya que el mismo Reino Unido recogió por escrito que Gibraltar sólo podrá ser independiente con el "previo consentimiento" de España.
Como podrán ver, con todos estos antecedentes, es imposible avanzar si las partes no se sientan y hablan. Uno puede estar de acuerdo con uno u otro partido, pero en lo que coincido plenamente con Moratinos es que hace falta retomar el diálogo y la cooperación con Gibraltar. El exministro propuso, por ejemplo, una Policía conjunta para combatir el contrabando y consideró insólito que Estados Unidos haya sido capaz de retomar las relaciones diplomáticas con Irán y Cuba, mientras que aquí no somos capaces de sentarnos con nuestros socios, vecinos y aliados. Una colaboración que, estoy convencido, sólo puede redundar en beneficio de la comarca.
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