El PP quiere reformar
la Ley Electoral para la elección directa de los alcaldes. El partido de Rajoy
pretende que en las próximas municipales de 2015 el candidato que supere el 40%
de los sufragios gobierne directamente, sin verse en la obligación de buscar
alianzas. La medida, que a priori parece justa, la veo sin embargo precipitada
ya que cambia las reglas del juego a menos de un año de los comicios. Asimismo,
nace sin el necesario consenso de las principales fuerzas de la oposición. En
mi opinión, el actual sistema electoral es imperfecto y requiere de una
actualización de mucho más calado que debería debatirse lo antes posible con la
participación de todo el arco político.
La reforma que propone
el PP sólo altera un aspecto del actual sistema pero no es baladí. Muestra de
ello es que si aplicamos esta norma a los resultados que se dieron en la
comarca en las elecciones de 2011 el mapa cambiaría notablemente. En aquellas
municipales hubo dos de las siete localidades donde no gobernó el partido más
votado. Algo que no se hubiera dado con esta modificación. Así, el PP obtuvo en
La Línea el 40,56% de los votos, por lo que el alcalde sería Alejandro Sánchez
en vez de la socialista Gemma Araujo, que tuvo el 34,54%. Igualmente, en
Castellar el PSOE logró el 45,23% de los sufragios, frente al 42,68% de IU, por
lo que el primer edil sería el socialista Francisco Vaca en vez de Juan
Casanova. Establecer un porcentaje para ser investido directamente me parece
arbitrario. ¿No está legitimado para ello el que obtenga un 39%? ¿No se merece
gobernar IU en Castellar con más del 42% pese a perder? Difícil de responder,
como también lo es encajar esta medida.
Foto: galdoo.com |
El PSOE se opone a la
reforma al considerarla partidista, aunque la norma es la misma para todos.
Supongo que los socialistas entienden que el PP tiene menos opciones a las que
agarrarse para pactar por lo que le beneficia. El PSOE propone a cambio un
sistema de dos vueltas, donde se enfrentarían en la segunda los dos partidos
más votados si no se diera una mayoría absoluta en la primera. El PP lo
rechaza, a sabiendas de que los socialistas podrían arrastrar en una segunda
consulta todo el voto de la izquierda que ahora está dividido. Como verán, aquí
todos hacen sus cálculos y tiran hacia donde más les conviene.
Hay muchos aspectos de
nuestro sistema que no me gustan. Puestos a realizar cambios, yo propongo
algunos que veo más prioritarios para todos los comicios. Veo necesario
instaurar ya un sistema de listas abiertas, para que se vote más a las personas
capacitadas que a las siglas. Nuestro voto es rehén de los partidos, que luego
hacen lo que les da la gana colocando a unos y otros. También me gustaría que
un voto valiera lo mismo en las generales independientemente de la
circunscripción en la que se dé. Así, por ejemplo, IU o UPyD tendrían en el
Congreso el peso que les corresponde y se acabaría con el ventajismo de los
partidos independentistas. Asimismo, el Senado debe ser ya una verdadera Cámara
regional donde las comunidades defiendan sus intereses por encima de los
dictados del partido. De lo contrario, que desaparezca ya que ahora mismo sólo
sirve para tener en nómina a más políticos. Como ven, a la hora de reformar
todo el mundo tiene una opinión por lo que cuanto antes se abra el debate,
mejor.
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