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Volver a empezar

El PSOE algecireño lleva más de tres años de letargo. Un estado en el que cayó cuando comprobó el alcance del batacazo que se había dado en las elecciones municipales de 2011. Los socialistas se olvidaron de gobernar en los últimos meses que estuvieron en el Ayuntamiento y se dedicaron a saldar cuentas entre ellos. Unas disputas internas que desembocaron en un rocambolesco intercambio de cargos que puso en bandeja la victoria al PP. El vuelco electoral tampoco cogió a nadie por sorpresa, pero pocos pensaban en Sindicalista Luis Cobo que el triunfo de Landaluce iba a ser tan aplastante y que el agujero en el que acababan de caerse era tan profundo.

Desde entonces el PSOE sobrelleva su particular travesía por el desierto, intentando recomponerse pero sin despojarse de la sensación de partido acomplejado, condenado a expiar sus culpas del pasado. Su regreso a la oposición se ha convertido en una losa demasiado pesada, difícil de quitársela sin un liderazgo claro. Con Rafael España casi retirado de la vida pública, al grupo municipal se le ha visto falto de motivación. En ocasiones ha parecido que no han querido levantar demasiado la voz contra el PP, que es el que gobierna y al que hay que pedir cuentas, temerosos de la réplica y los reproches que les podían venir de vuelta.

Angelines Ortiz y Fernando Silva.

En la segunda mitad de 2012 el PSOE abrió el proceso para elegir al nuevo secretario local que sustituyera a España. El partido recuperó protagonismo y pareció que se podía abrir una nueva etapa que acabara con el ostracismo. La clara favorita fue desde el principio Angelines Ortiz, que se marcó como principal objetivo en la campaña recuperar la unidad del partido. Sin embargo, su tentativa pinchó en hueso ya que no logró una lista única al presentar Juan Lozano una candidatura alternativa. Ortiz ganó las elecciones con el 78% de los votos de los militantes, pero su victoria dejó un sabor agridulce, el mismo que está dejando su labor como secretaria local, al no lograr integrar a Lozano en su ejecutiva.

Ortiz lleva en el cargo casi dos años, pero desde el principio ha estado más centrada en sus funciones en la Junta que en impulsar al PSOE algecireño como secretaria local. Sus apariciones por la ciudad han sido escasas. Igual a nivel interno ha manejado los hilos del partido, pero de cara a los ciudadanos nunca ha dado la sensación de que haya cogido el timón. Un PSOE descabezado que dista del bicéfalo del que tanto se habló en el mandato anterior.

Ahora, por fin, empiezan a despejarse los nombres de los posibles candidatos a las primarias para ser el alcaldable del PSOE en las elecciones de 2015. Fernando Silva y Juan Lozano se perfilan como los aspirantes. De nuevo las dos vertientes enfrentadas. Vuelta a empezar. No digo yo que el debate no sea bueno. Me parece más que positivo. Pero el PSOE algecireño necesita unidad desde el mismo momento en que acabe el proceso y se designe al alcaldable. Porque que tengan claro los socialistas que, dentro de la comarca, Algeciras va a ser la plaza más difícil en la que les va a tocar torear el año que viene. La ajustada victoria en las europeas les debe servir de estímulo, pero iluso aquél que quiera extrapolar los datos con las próximas municipales. Y mal llegará el PSOE a esta cita clave si parte de sus fieles acaban desencantados con el nuevo rumbo que debe tomar el partido.

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