El proyecto del Llano Amarillo de Algeciras lleva secuestrado nueve años. Esta actuación urbanística, llamada a cambiar la fisonomía del frente litoral de la ciudad, está sometida al interés general de la Operación Paso del Estrecho (OPE). Un trasiego cada verano de más de un millón de vehículos de magrebíes que apenas revierte en el municipio, pero que exige que la explanada portuaria permanezca baldía el resto del año por si se requiere su uso como zona de preembarque. Los algecireños seguimos allanados a este destino. Supongo que porque estamos escarmentados de tanto engaño y de tanta promesa incumplida.
La Junta, el Ayuntamiento y la Autoridad Portuaria presentaron en 2005 el proyecto para el Llano Amarillo, que iba a ser obra de los prestigiosos arquitectos Cruz y Ortiz. Consistía en un enorme palmeral coronado, junto a la playa de Los Ladrillos, por un edificio multiusos. Asimismo, la actuación también contemplaba un aparcamiento subterráneo. El PSOE vendió entonces que el inicio de las obras era prioritario e inmediato, pero nada más lejos de la realidad. Años después supimos que no se había cerrado una alternativa viable para la OPE y que ésta se tenía que quedar en el Llano. Eso sí, la Autoridad Portuaria se prestó a invertir 18 millones para adecentar la explanada como zona de preembarque. Lo que iba a ser una cesión total del terreno para uso ciudadano se canjeó por dos paseos, un carril-bici y un parque infantil.
El PP, que se hartó en la oposición de rajar, se presentó como adalid frente a esta injusticia. El actual alcalde incluso llegó a prometer que 2011 sería el último ejercicio con la OPE en el Llano. Pero nada más lejos de la realidad. Supongo que porque el Ministerio del Interior -ahora de su propio partido- lo sacó de su error o, directamente, lo dejó mudo. Y en esas seguimos, con el 70% de la explanada esperando a que lleguen los perros a pasear y conformándonos los ciudadanos con poder aparcar gratis en una de sus pequeñas parcelas hasta que llegue otra vez la OPE. Sin olvidar, claro está, que alberga a los feriantes y al mercadillo cuando hay Feria Real.
Los algecireños sabemos de la complejidad de la OPE y que es de interés general. Como también lo es la modernización del tren Algeciras-Bobadilla, aunque parece que este Gobierno no se quiere enterar. Lo que ya cuesta tragarse es que no haya una alternativa para la OPE que libere el Llano y que la ciudad no pueda avanzar urbanísticamente en su frente litoral. Y es que cuando a uno le ponen un caramelo en la boca y se lo quitan hasta por dos veces, no puede más que sentirse engañado y quedarse con cara de tonto.
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