Observo que la cuestión del agua sigue estando candente en Algeciras. El líquido elemento ha generado buena parte de las polémicas en este mandato. Esto me anima a rescatar las facturas de Emalgesa de los últimos ejercicios para comprobar cómo han evolucionado. El análisis es sencillo ya que mi consumo doméstico es bastante homogéneo. Suelo gastar 24 metros cúbicos en cada recibo y el importe del agua consumida permanece casi inalterable: 10 euros. Sin embargo, mis facturas no han parado de crecer. Así, este consumo de agua representaba en 2010 el 33% de mi factura, mientras que ahora en el mejor de los casos supone el 20%. El resto, como imaginan, va para tasas e impuestos.
Tiro de una factura de septiembre de 2010 y su importe es de 30 euros. Y ello pese a que el IVA acababa de pasar del 7 al 8%. Dos años después el impuesto ya está en el 10% y la cuantía a abonar asciende a 36 euros con el mismo consumo. En septiembre de 2013 empiezan a aplicar la tasa de depuración -tras la puesta en marcha de la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) de Isla Verde- que se une al saneamiento, el canon de mejora y demás. Mi recibo ya asciende a 50 euros.
Algeciras ha sido de las últimas grandes ciudades de España, si no la última, en tener depuradora. Una vez empezó a funcionar, pensábamos que iba a ser la panacea y que se iban a acabar la contaminación y los malos olores. Y no ha sido así porque antes hay que arreglar los colectores y dragar el litoral para sacar toda la mierda depositada. El equipo de gobierno acaba de dar un paso muy importante en el tema de los colectores pero se columpió cuatro pueblos cuando aseveró que se depuraba el 100% de las aguas residuales. Y aunque ya no arrojamos todas las fecales al mar sin depurar, esta carencia ha provocado que mucha gente se haya quedado sólo con el impacto de la depuración en la factura del agua.
La tensión desde entonces ha ido en aumento. Surgió la plataforma de los colectores, volvieron a salir a la luz los informes ecologistas sobre los puntos de vertidos ilegales que persisten y la demanda de que ese 30% de agua sin depurar se descuente de los recibos, y estalló la polémica del agua de manantial que capta Emalgesa y que nos cobran a precio de pantano. Un agua que es de los algecireños pero que sólo nutre intereses privados. En estos debates nada es blanco o negro. Así que vuelvo a mis recibos y las cifras sólo me dicen una cosa: ahora pago un 66,6% más con el mismo consumo. Y esto está tan claro como el agua.
Y los ladrillos y la dársena del saladillo oliendo a mierda encima
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