Hacía tiempo que se venía apuntando y, al final, se ha confirmado. La jueza Mercedes Alaya ha llamado a declarar como imputados a los dos últimos alcaldes del PSOE en Algeciras, Tomás Herrera y Diego Sánchez Rull, por el caso Enredadera. La magistrada investiga, dentro de esta extensión de la Operación Madeja, la supuesta concesión irregular de las obras del polideportivo y el aparcamiento de El Calvario. Según fuentes de la investigación, fue un exdirectivo de la empresa Fitonovo, asociada a Body Factory, el que relacionó a los dos exregidores con una presunta “mordida” a cambio de la adjudicación de la instalación deportiva. Previamente habían declarado como imputados varios técnicos municipales y existía gran expectación por conocer el alcance político. Hay que respetar al máximo la presunción de inocencia tanto de Herrera y Sánchez Rull como la de los técnicos municipales. Imputado no es sinónimo de condenado. Sólo supone una garantía para poder defenderse. Pero ya están señalados y la polémica se ha desatado, lo que supone un verdadero mazazo político para el PSOE algecireño, en plena recomposición.
El caso no pintaba bien para el PSOE algecireño cuando empezaron los interrogatorios a los técnicos y Sánchez Rull se decidió a hablar sobre la operación en rueda de prensa. El concejal aseveró que no tenía relación alguna con Fitonovo y que “jamás” había coincidido con directivos de dicha empresa. Ya fuera un desliz, un olvido o un mal día, sólo hicieron falta unas cuantas horas para que el dirigente socialista quedara retratado en varios medios de comunicación mediante fotos que le desmentían. Pese a la dureza del golpe, éste no dejaba de ser mediático y político. Sin embargo, el revés ahora también es judicial y le llega al partido en plena precampaña de las elecciones municipales; es decir, en uno de los peores momentos.
Foto: urbanismo.algeciras.es |
Las cosas no van bien para un partido cuando, estando en la oposición, en vez de ser el azote del Gobierno de turno, tiene que salir demasiadas veces a defenderse. En los últimos días el candidato del PSOE a la Alcaldía, Fernando Silva, se ha estado afanando en responder a los ataques del PP por el sueldo que cobraba en el anterior mandato como personal de confianza. Silva había decidido entrar al trapo en la estrategia de los populares, que han utilizado este argumento para desprestigiarlo desde el primer día que resultó designado alcaldable socialista. El PP de José Ignacio Landaluce se lo va a estar echando en cara hasta el mismo día de los comicios. Ahora, además, ha estallado en las filas de su partido el caso Enredadera lo que, estoy seguro, va a ser aprovechado políticamente y sin piedad por el equipo de gobierno. Tiempos duros para el PSOE ante un PP que se siente cada vez más crecido y que gobierna con mayoría absoluta.
Silva tiene ante sí un reto hercúleo de cara a las elecciones municipales de mayo de 2015. Primero, porque tiene como oponente a Landaluce, actualmente el político con más poder de la comarca, que está culminando su mandato sin apenas sobresaltos. Y segundo, porque debe componer un equipo de garantías que convenza a la ciudadanía de que es una alternativa. Y no lo va a tener fácil si el PSOE sigue recibiendo estos golpes.
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