San Roque es el municipio más complejo del Campo de Gibraltar. La diversidad de sus núcleos tiene su reflejo en las elecciones municipales, cuyos resultados suelen ser siempre llamativos. En los últimos dos comicios ha habido un empate técnico entre el PSOE y el PP -en 2007 los populares ganaron por un voto y en 2011 los socialistas por dos sufragios- lo que obligó a alianzas para gobernar. Esta igualdad ha conferido papeles protagonistas a otras fuerzas, que han decantado la balanza a uno u otro lado. El panorama para las elecciones de 2015 se presenta más apasionante si cabe y, en mi opinión, estará marcado por dos factores: la incomparecencia de USR y el rumbo que tome el PA tras la crisis interna. El comportamiento de los electores de estos partidos se antoja determinante.
Por primera vez USR no concurrirá a los comicios tras su acuerdo con el PP. El líder del partido independiente, José Antonio Ledesma, niega que sea una integración así como que USR vaya a desaparecer; por lo que optaremos por denominar "fusión" a este experimento. La fórmula elegida es que el PP mantenga su marca y que su lista la lidere Marina García, a fin de intentar contentar a los electores de ambas formaciones. No soy partidario de los pactos precocinados antes de las urnas. Me sorprende que el PP haya sido incapaz de presentar a su propio alcaldable tras colocar a José Cabrera en la AGE. También me llama la atención que los populares hayan abierto la puerta de su casa a USR, después de demonizar a su líder en otros tiempos. Habría que ver la letra pequeña del acuerdo. Tirando de calculadora la fusión puede parecer rentable a priori, pero la traslación de votos de USR -afianzada como la tercera fuerza del municipio- al PP no está garantizada. Como tampoco que todos los simpatizantes populares vean con buenos ojos que su partido lo lidere la "foránea" García. Igual hubiera sido menos arriesgado concurrir cada uno por su lado y, tras las elecciones, sellar un posible pacto de gobierno.
La otra incógnita será el PA. La dimisión de Manuel Melero desencadenó una crisis interna que desembocó en la expulsión de los dos ediles andalucistas -José Vera y Pilar Núñez- por mantener el actual pacto de gobierno con el alcalde socialista, Juan Carlos Ruiz Boix, y el PIVG. La dirección local del PA también fue partidaria de mantener dicha alianza y se opuso a una posible moción de censura, lo que provocó un enfrentamiento con la gestora dirigida desde Los Barrios y una ruptura con el comité nacional. El PA sanroqueño -que renació en 2007 y dobló sus votos en 2011 hasta alcanzar el 10% de los sufragios- se encuentra actualmente fracturado y con un futuro incierto. Habrá que ver cómo se rehace, si el PSOE busca un acercamiento con la antigua estructura que le fue fiel de cara a 2015 y, fundamentalmente, por qué opción se decantan los simpatizantes andalucistas.
Pleno de San Roque. Foto: Ayuntamiento |
La otra incógnita será el PA. La dimisión de Manuel Melero desencadenó una crisis interna que desembocó en la expulsión de los dos ediles andalucistas -José Vera y Pilar Núñez- por mantener el actual pacto de gobierno con el alcalde socialista, Juan Carlos Ruiz Boix, y el PIVG. La dirección local del PA también fue partidaria de mantener dicha alianza y se opuso a una posible moción de censura, lo que provocó un enfrentamiento con la gestora dirigida desde Los Barrios y una ruptura con el comité nacional. El PA sanroqueño -que renació en 2007 y dobló sus votos en 2011 hasta alcanzar el 10% de los sufragios- se encuentra actualmente fracturado y con un futuro incierto. Habrá que ver cómo se rehace, si el PSOE busca un acercamiento con la antigua estructura que le fue fiel de cara a 2015 y, fundamentalmente, por qué opción se decantan los simpatizantes andalucistas.
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